Todo aquel que haya querido multiplicar su dinero, se habrá pasado horas y horas investigando cuáles son las mejores alternativas para hacer crecer nuestros ahorros, de la forma más rápida y segura que pueda haber.
Entre las alternativas de inversión más usadas históricamente se encuentran dos: la vivienda (el popular “ladrillo”) y los depósitos a plazos. En el caso de la vivienda, esta era una de las formas predilectas por los españoles para incrementar su capital, ya que adquirir una propiedad y posteriormente venderla se traducía en ganancias notables. Sin embargo el público optó por colocar su dinero en los depósitos bancarios tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, buscando alternativas seguras a lo que otrora fue un paraíso para los inversores. Pero claro está, la historia no termina allí.
En los últimos dos años, se está evidenciando la tendencia de retornar al ladrillo, ya que este mercado vuelve a despuntar tras un período nefasto (esta fue una de las áreas más afectadas por la crisis económica). Este regreso ha sido impulsado principalmente por un descenso en los costos de la vivienda, que ha actuado como gancho para el retorno de los inversores.
Si hablamos específicamente de cifras, los datos oficiales del Banco de España colocan a la vivienda como la mejor inversión posible.
Cifras:
Según el Banco de España, la vivienda presentó una rentabilidad de hasta 8,85% durante el pasado 2015. En cuanto a alquileres, estos mostraron unas cifras nada envidiables de 4,6% de ganancia media.
En el otro lado de la acera se encuentran los depósitos bancarios y los bonos del Estado. Estos cerraron el 2015 con una rentabilidad promedio de 0,5% en el caso de los depósitos a 1 y 2 años, y 1,8% para los bonos del Estado a diez años.
Más allá de las viviendas, el ladrillo también ha demostrado ser un seguro en el caso de locales comerciales, garajes y demás. De hecho, son los locales comerciales los que presentan el mayor índice de ganancia bruta: 7,3% como cifra promedio el año pasado.
Un caso llamativo es el de las oficinas, el único producto que ha bajado sus números durante los últimos doce meses: mientras que cerraron el 2014 con un rendimiento del 6,7%, el pasado 2015 descendieron sutilmente hasta un 6,6% de rentabilidad. Los garajes siguen ligeramente por debajo de las otras alternativas, pero aun así ofrecen números halagadores al inversor, ya que el año pasado aumentaron su plusvalía hasta alcanzar un 4,4%.
Cuestión de riesgo:
A pesar de que los depósitos bancarios ofrecen un rendimiento mucho menor al de la vivienda o los locales comerciales, el público suele invertir en ellos por considerarlos menos riesgosos y, además, menos demandantes de trabajo. Poseer una vivienda o local para alquiler sí genera gastos y obligaciones que no ocurren en el caso de los depósitos, sin embargo, el ladrillo ha demostrado nuevamente ser una jugada inteligente y mucho más productiva que recurrir a los bancos.


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